Ha pasado Halloween, una de las festividades en las que los disfraces, en este caso de corte terrorífico, invaden nuestras calles y plazas. Es el momento ahora de empezar a pensar en otra de las grandes ocasiones en las que los disfraces se convierten en algo habitual en todos los lugares de nuestra geografía. Hablamos, como no podía ser de otra manera, de Carnaval, una fiesta para la que parece que todavía queda mucho pero que está mucho más cerca de lo que podamos pensar. Y es que el mes de febrero no resulta tan lejano en el calendario.