No es la primera mudanza que hago pero en esta le he puesto más ilusión. Al poco tiempo de casarme heredé la casa de mi abuela. Fue un palo muy grande para toda la familia perderla pero es ley de vida y por lo menos podemos decir que tuvo una vida larga y rodeada de quienes la querían, así que ya podemos darnos con un canto en los dientes tal y como están las cosas. Nos mudamos a su casa, y fue genial pasar de vivir de alquiler a hacerlo en nuestra propia casa, donde pudimos hacer reforma y adaptar todo a nuestro gusto, pero mudarnos ahora a una urbanización nueva y estrenar vivienda es una auténtica pasada.