En la fábrica de automóviles en la que trabajo, necesitamos día a día un suministro como el del aire comprimido. Lo requerimos para alimentar herramientas neumáticas, para pintar carrocerías y para operar sistemas de control neumático en los procesos de producción. Los compresores se cambiaron hace un par de años y recuerdo algo curioso que nos dijeron desde Airmac Compresores. Decían que la ubicación de los compresores era algo estratégico porque iba a tener una influencia sobre la flexibilidad del sistema y la facilidad de mantenimiento, sobre todo de cara a que cualquier intervención futura se pudiera realizar sin excesivas dificultades. No lo había pensado así en mi vida, pero la verdad es que tiene todo el sentido del mundo.