El glaucoma es una enfermedad que daña progresivamente el nervio óptico, debido a que el líquido del interior, o húmor acuoso, aumenta progresivamente la presión interna del ojo, debido a un mal funcionamiento en el sistema de drenaje de éste líquido. Este patología, provoca una degeneración lenta de la visión y con el tiempo ese daño va aumentando y el campo visual va disminuyendo. Esto puede provocar una pérdida total de visión. En la actualidad, es la principal causa de ceguera en España, pero se puede evitar.
El principal problema del glaucoma es que en sus etapas más iniciales no produce ningún síntoma, y por eso, el paciente puede tardar en enterarse de que la padece, así que no se preocupa, y cuando lo hace, puede ser ya tarde y ya han perdido una parte importante de su visión.
El glaucoma es hereditario por lo que las personas que tienen antecedentes familiares debe acudir a una revisión oftalmológica, ya que la simple medida de la presión intraocular no sirve para descartar por completo la enfermedad.
Si crees que puedes padecer esta enfermedad, bien por una predisposición genética, o bien porque ya estás empezando a padecer problemas de visión, te recomiendo acudir a COC, centro oftalmológico centrofarma, donde darán respuesta y solución a tu caso concreto, gracias a sus profesionales médicos, su dilatada experiencia y sus tecnologías siempre a la última. Aquí recibirás una atención totalmente personalizada.
El glaucoma se trata tanto con cirugía láser como con cirugía tradicional. El objeto del tratamiento farmacológico (por medios de instilación de gotas) y quirúrgico, es la disminución o restablecimiento de una presión intraocular normal. La unidad de glaucoma de centrofarma, dispone de tres tipos de Láser distintos para el tratamiento del glaucoma. Si necesitas más info
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Principales síntomas de glaucoma
Cuando el ataque del glaucoma es agudo, se percibe un estrechamiento de la visión, ligeros dolores de cabeza, enrojecimiento, náuseas y trastornos visuales, como halos alrededor de la luz eléctrica o dificultades para adaptarse a la oscuridad. En etapas más avanzadas, la visión se estrecha tanto que el campo visual adquiere forma de túnel, complicando bastante la visión lateral.
Si el glaucoma es del tipo ángulo abierto, no presenta signos de advertencia ni obvios síntomas durante las primeras etapas, pero a medida que la enfermedad progresa, se desarrollan puntos ciegos en la visión periférica (lateral). La mayoría de las personas con glaucoma de ángulo abierto no presentan ningún cambio en su visión hasta que el daño es bastante grave. Es por eso, vital, hacerse revisiones oftalmológicas con regularidad, de lo contrario, la persona corre el riesgo de quedar ciega, poco a poco, y sin enterarse.
Si el glaucoma es de ángulo cerrado por lo general no muestran síntomas antes de un ataque. Algunos de los síntomas iniciales de un ataque pueden incluir visión borrosa, halos de luz, dolores de cabeza leves o dolor en el ojo. Una ataque de glaucoma de ángulo cerrado incluye los siguientes síntomas:
- dolor severo en el ojo o la frente
- enrojecimiento del ojo
- disminución de la visión o visión borrosa
- visión de arco irises o halos de luz
- dolor de cabeza
- náusea
- vómito
Cuando el glaucoma es de tensión normal, se produce una presión ocular dentro de los rangos normales, pero muestran signos de glaucoma como puntos ciegos en el campo de la visión y daño del nervio óptico.
Algunas personas no muestran señales de daño, pero presentan hipertensión ocular. Esto significa que son «sospechosas de glaucoma» y por lo tanto tienen un mayor riesgo de desarrollar glaucoma. Así que si tienes sospechas, debes ser cuidadosamente evaluado o evaluada por un profesional de la oftalmología.
Grupos de riesgo
Algunos grupos de población presentan un mayor riesgo de padecer glaucoma, estos son los siguientes:
- Los mayores de 60 años.
- Aquellas personas con familiares directos que tengan glaucoma.
- Las personas de raza negra o asiática.
- Aquellos con un alto grado de miopía.
- Personas que padecen otras enfermedades oculares, como la miopía, en especial cuando se tienen cinco o más dioptrías.
- Pacientes medicados con corticoides.
- Enfermos con diabetes o hipertensión arterial.