Tradiciones importadas

Tradiciones importadas

Desde hace unos años en España estamos adoptando tradiciones que vienen de fuera. Algunas ya llevan muchísimos años entre nosotros y otras son más recientes, pero lo cierto es que parece que han venido para quedarse.

No creo que se trate solo del hecho de que en España convivan personas de muchas nacionalidades, si no más bien algo que tenga que ver con el mundo globalizado y con la oportunidad que se nos brinda de conocer otras culturas y adoptar aquello que nos gusta. ¿Casualidad que casi todo sean celebraciones? Si nos divierte ¿por qué no? El problema que le ven muchas personas es que estas nuevas costumbres sustituyan a nuestras tradiciones, algo que, en vez de hacernos ganar en cultura y disfrute, nos haga perder nuestra identidad.

Eventos

Una de las tradiciones más antiguas que importamos, pero que ya sentimos casi nuestra es la de celebrar Papá Noel la noche del 24 de diciembre, en plena Nochebuena. Surgió en Estados Unidos y poco a poco fue extendiéndose por todo el mundo. Aunque la tradición de repartir regalos a los niños es algo presente en casi todas las culturas, el aspecto regordete y bonachón de Papá Noel ha ido ganándole, en nuestro país, terrero a nuestros Reyes Magos. Bien es cierto que en este aspecto las fechas tienen mucho que ver y muchas familias prefieren que los niños puedan disfrutar de la mayoría de sus regalos durante las vacaciones de Navidad, y no al final, que es lo que ocurre al celebrar Reyes.

Sin embargo, no es la única fiesta extranjera que hemos adoptado en Navidad. Por ejemplo, el tradicional abeto tiene su procedencia en Alemania y los panettones que cada vez es más común ver en las mesas durante esos días son propios de Italia.

Otra de las tradiciones, que es más reciente, pero que parece que llega para quedarse es la de Halloween. Creo que quedan muy poquitos que no conozcan esta fiesta de origen anglosajón. Halloween se celebra la noche del 31 de octubre y originalmente tiene su origen en los ritos celtas. Por esa razón no es de extrañar que fueran los emigrantes irlandeses los que lo llevasen a los Estados Unidos y que desde ese país haya saltado al resto de sitios. En España tradicionalmente durante esta fecha se preparaba la celebración del Día de Todos los Santos, que se celebra el día 1 de noviembre, y en que era costumbre acudir a los cementerios a visitar a los seres queridos.  Las series y películas americanas nos han ido acercando esta tradición en la que las familias decoran sus casas con las típicas calabazas y salen a pedir caramelos disfrazados de personajes terroríficos. A España, por ahora, ha llegado la moda de salir disfrazado y pedir caramelos, sin embargo, y viendo la dimensión que va en aumento año tras año, todo se andará.

De la India hemos acogido la llamada fiesta Holi. Tiene su origen en la celebración que se hace de la llegada de la primavera, que pone fin al invierno. De ahí que a la ceremonia acudan todos los participantes vestidos con ropas blancas, pero que terminarán teñidas de colores gracias a todas las cenizas coloreadas que se lanzan al aire. Una vez más en nuestro país se ha acogido la parte lúdica de esta tradición, más que la ceremonial. Y es que este tipo de eventos se celebran más como parte de otros eventos como fiestas de fin de curso, carreras, reuniones, que como la fiesta en sí.

Por otro lado, ya no hace falta irse hasta Alemania para celebrar el Oktoberfest. Esta celebración bávara tradicionalmente se celebraba en Munich durante dos semanas entre los meses de septiembre y octubre, y la cerveza servida debía cumplir con una determinada ley de pureza que data de 1516. Sin embargo, la afición por esta bebida y su popularidad hace que esta festividad se haya extendido por todo el mundo. En nuestro país hace una veintena de años que se empezó a celebrar en Zaragoza y poco a poco se ha ido extendiendo a otras ciudades del país que celebran con bebida, comida y música alemana esta tradición.

Pero no todo lo que hemos importado son fiestas, también hemos incorporado costumbres más por la parte consumista que por la parte lúdica. De unos años aquí es raro llegados a noviembre no ver las ofertas anunciadas con motivo del Black Friday.  En España se celebra oficialmente desde 2012 y es el punto de salida para empezar a realizar todas las compras navideñas. El término Black Friday se originó en Filadelfia donde se utilizaba para describir el denso tráfico de gente y vehículos que abarrotaba las calles al día siguiente de Acción de Gracias.

Dejando de lado la vertiente festiva también hay trabajos que se han adoptado de fuera y que están creciendo en nuestro país, hasta llegar a formar parte de nuestras escenas cotidianas. A nadie nos extraña ya ir por las calles de nuestras ciudades y encontrarnos un local con una lavandería autoservicio. Y es que, según los expertos de Lavatur, este tipo de negocios está creciendo de manera exponencial entre los nuevos emprendedores, ya que se trata de proyectos que no necesitan una gran inversión inicial y que están funcionando muy bien, ya que ofrecen la posibilidad de dar un servicio, siendo tu propio jefe sin las complicaciones de contratar personal o las ataduras de los horarios comerciales. Las típicas escenas de película en las que veíamos a los protagonistas haciendo la colada, son ahora muchos más comunes de lo que pudimos llegar a imaginar.

¿Y es que un evento sin sus food trucks? La historia de estas furgonetas de estilo vintage se remonta no al siglo pasado si no al siglo XIX, aunque con otra estética. La necesidad por la comida rápida y en la calle surgió a la vez que se iban formando las grandes ciudades. Ocurrió en Japón, con esos carritos que vendían sushi y también en Nueva York con los carritos de ruedas empujados por las calles que vendían comida ya desde 1691.

Este tipo de negocio se ha vuelto a poner de plena actualidad en pleno siglo XXI, concretamente en España causan furor desde 2013. Desde entonces no hay festival que se precie que no cuente con este tipo de furgonetas donde podemos encontrar verdaderas sorpresas culinarias.

Muchas de estas tradiciones, como hemos visto, son la excusa perfecta para pasar buenos momentos, otras se han instalado dentro del tejido empresarial con bastante éxito. Como pasa con cualquier cambio hay personas que están a favor de cualquier nueva influencia y otra que sienten que no deberíamos adoptar costumbres de otros lugares, sobre todo si va en detrimento de las propias. Y tú, ¿qué opinas?

 

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