Todo cambio es para peor. Esa era mi frase cada vez que en el trabajo o en mi casa venían con algo que para ellos “era más moderno y mejor”. Así era mi actitud ante la vida. Es cierto que las nuevas tecnologías han cambiado muchas cosas de nuestro día a día, pero también es cierto que otros aspectos han sido para empeorar. Pues bien, mi pensamiento era este hasta que de repente se cruzó en mi vida el hogar inteligente. Os cuento.
El titulo del artículo no miente. Mi antigua casa se convirtió en un hogar inteligente. Hace un año vivía en una casa tradicional, con persianas manuales, una puerta de garaje ruidosa y difícil de abrir, y un montón de interruptores repartidos por toda la casa. Vale, la casa de toda la vida, es cierto. Todo funcionaba, sí, pero nada era práctico. Fue entonces cuando decidí dar el paso hacia la modernización. Sí, la verdad es que dicen que en esta vida hay que probar de todo, ¿no? Pues yo decidí probar la modernidad.
El primer cambio fue el más visible y uno de los más prácticos. Cambié las persianas automáticas. Instalé, bueno mejor me instalaron, un sistema que me permite subirlas o bajarlas desde el teléfono móvil, incluso programarlas según la hora del día o la cantidad de luz exterior. Esto es una gozada porque ya no tengo que ir habitación por habitación cada mañana. Aunque me parece muy útil cuando no estoy en casa, así evito la presencia de los amigos de lo ajeno con un simple botón.
Y sí, tienes la tranquilidad de que todo esto te va a funcionar. Yo hice mi instalación con En Decoraziona Home, en este caso cuentan con la certificación Somfy Expert, que les acredita como instaladores profesionales e independientes que han sido certificados por Somfy por sus conocimientos y habilidades. Y esto te da mucha tranquilidad porque ofrecen productos de alta calidad y confianza, que garantizan la satisfacción y la fidelización de los clientes. Doy fe de ello.
Poco a poco
Luego vinieron los toldos inteligentes, y es que una vez que conoces la domótica, quieres más. Antes tenía que recogerlos cada vez que se levantaba viento o llovía. Ahora, gracias a sensores de viento y lluvia, los toldos se recogen automáticamente cuando las condiciones se complican y la verdad es que te quita mucho trabajo.
También automatizamos las cancelas y la puerta del garaje. Recuerdo que hace años salía bajo la lluvia para abrirlas manualmente o tenía que esperar a que alguien llegara para dejar pasar a una visita, era algo que era tremendo. Ahora, con una simple orden desde el móvil o incluso por voz, puedo abrir y cerrar todo. La verdad es que las visitas se quedan muy pillados.
Además, el sistema reconoce a los miembros de la familia mediante el móvil y abre automáticamente al detectar nuestra llegada.
Ahora puedo revisar qué luces están encendidas, apagar todos los dispositivos con un solo comando o encender la calefacción media hora antes de llegar a casa, y esto ya os digo que en días de invierno cuando llegas a casa de trabajar o de salir con los amigos es una barbaridad.
Seguridad
Pero como os decía antes, más allá de la comodidad, lo que más valoro es la seguridad. Porque al final la domótica y la modernización es seguridad en una sociedad donde cada vez hay más robos y delitos. En este caso, las cámaras de vigilancia están conectadas y puedo ver en tiempo real lo que ocurre en mi casa desde cualquier lugar. Las puertas se bloquean automáticamente, y si alguien intenta forzarlas, recibo una alerta instantánea. También tengo sensores de movimiento y notificaciones si se abre una ventana o puerta sin autorización.
Y como os decía, si estoy de vacaciones hago un apagado y encendido de luces a cierta hora para hacer pensar que allí se encuentra alguien viviendo. Lo mismo hago con las persianas.
Lo mejor es que esta transformación no fue de un día para otro. Fui incorporando cada elemento poco a poco, ya os digo que esto va creando adicción, pero de la buena, y según mis necesidades y presupuesto iba poniendo más cosas. Hoy puedo decir que tengo un hogar más cómodo, más seguro y que incluso ha aumentado su valor.
Tengo claro, y quiero que esto sirva de moraleja, cambiar mi casa tradicional por una casa inteligente fue una de las mejores decisiones que he tomado. Y es que no solo modernicé mi hogar, también mejoré mi calidad de vida. Así que huye de los prejuicios, que yo también tenía, y como decía la cantante Merche, abre tu mente, en este caso a la modernización.