No es lo mismo arquitecto que aparejador

La arquitectura y la ingeniería son profesiones muy similares. Ambas se encargan de estudiar y diseñar las diferentes construcciones e infraestructuras que copan la tierra. Edificios, viviendas, carreteras o plataformas, parten de una misma base pero tienen una diferente finalidad. Dentro de este amplio campo, encontramos diferentes disciplinas que a veces pueden resultarnos confusas a la hora de hallar la diferencia. Los profanos hablamos indistintamente de arquitectos o arquitectos técnicos, también denominados como aparejadores o, ingenieros de minas o caminos. Sabemos que andan relacionados con el medio de la construcción y con eso nos vale hasta que nos vemos en la necesidad de recurrir a sus servicios. Los arquitectos técnicos de Planit, expertos en todo tipo de proyectos de reforma de viviendas y edificios, nos han sacado de dudas y gracias a ello, hemos podido diferenciar entre la labor de unos y otros.

Ambos profesionales son responsables de las obras de construcción, pero cada uno de ellos tiene sus propias competencias profesionales, responsabilidad y especialización. En este punto, hay que destacar que la complejidad técnica que abarca un proyecto arquitectónico hace indispensable la presencia de un arquitecto técnico o aparejador que trabaje de manera coordinada con el arquitecto.

En el momento de realizar un proyecto de obra integral es necesaria la colaboración estrecha y directa de diferentes perfiles profesionales, entre los cuales encontramos estos dos que, comparten similitudes pero parten de formación y objetivos diferentes. Conocer su formación y finalidad, es fundamental para los profesionales del sector inmobiliario y de la construcción, así como para todos aquellos que requieran sus servicios para acometer una reforma en su hogar.

Resulta tremendamente fácil creer que ambos profesionales poseen un mismo objetivo, debido a que las diferencias entre ellos son mínimas en comparación con las similitudes. Sin embargo su papel en el desempeño de una obra, es muy diferente. A grandes rasgos, podemos decir que el arquitecto se encarga del desarrollo del proyecto, en tanto que el aparejador, se ocupa de su ejecución.

Que hace cada uno

El aparejador o arquitecto técnico es una pieza clave y fundamental del proceso de construcción de todo proyecto arquitectónico. Su trabajo consiste en supervisar los materiales necesarios a utilizar durante el proyecto, revisar su calidad para asegurar la seguridad e integridad de la estructura a lo largo de todo el proyecto. Su función radica en mantener un control sobre todos los procesos que atañen a la obra, con la finalidad de asegurar que todo el personal que trabaja en la misma, lo hace siguiendo los requerimientos y necesidades del proyecto. Vendría ser como el director de una película de cine, la figura indispensable para engranar todos los aspectos del proyecto, dotándolo de coordinación y coherencia para lograr la calidad de una buena construcción.

Por el contrario, la figura del arquitecto, es la que se encarga de diseñar ese proyecto. Su misión no es otra que la de crear las bases de lo que se pretende construir, darle la forma necesaria y controlar de manera general el proyecto. La visión del arquitecto es más global y consiste en supervisar los aspectos técnicos y estéticos necesarios. Al mismo tiempo es quien se hace cargo de solicitar los correspondientes permisos y licencias para poder ejecutar la obra.

En términos generales, encontramos que el arquitecto tiene la finalidad y el trabajo de diseñar y dirigir el plan establecido para realizar un proyecto de construcción, mientras que el aparejador, se encarga de supervisar que todos esos procesos que componen el plan, se cumplan a razón de lo que se ha establecido. Los dos deben trabajar de manera conjunta, dado que el arquitecto al poseer una visión global, no tiene la capacidad de detectar las desviaciones o necesidades que se producen durante la ejecución, como hace el aparejador.

De esta manera es posible comprender y observar como el objetivo de un aparejador y de un arquitecto es diferente pero se complementa, por lo tanto es necesario contar con ambos profesionales. Las competencias de cada perfil se hacen complementarias en tal medida que es indispensable que trabajen en conjunto para lograr que el equipo de trabajo al completo sea competente, polivalente y sepa lo que debe hacer en cada momento.

Entre las competencias del aparejador encontramos que dentro de un proyecto de ejecución de obra, debe realizar las siguientes funciones:

  • Realizar informes periciales y rellenar los correspondientes certificados energéticos que sean necesarios.
  • Realizar la tasación y valoración de un inmueble, teniendo en cuenta sus calidades, los materiales que lo componen y su estructura.
  • Realizar los correspondientes controles de calidad y coordinar todos los equipos de trabajo existentes en la obra.
  • Asegurarse de que se cumple con el presupuesto que ha sido establecido previamente por el arquitecto.
  • Ofrecer el asesoramiento técnico que sean necesario a constructores y propietarios.
  • Realizar los certificados correspondientes para la expedición de las licencias que sean necesarias.
  • Proporcionar los certificados de antigüedad del inmueble si los tuviera.
  • Controlar los materiales que son necesarios durante la ejecución del proyecto para que estos encajen con lo que ya viene presupuestado por el arquitecto.

En el caso el arquitecto, nos encontramos con otras competencias dentro del equipo que, siendo diferentes son necesariamente complementarias con las del aparejador.

  • Se encarga de diseñar el plan de acción, establecer los objetivos y necesidades de un proyecto de construcción.
  • Se encarga igualmente de diseñar y establecer el presupuesto de toda la construcción.
  • Debe comunicar el tipo de permisos y licencias que son necesarios para poder llevar a cabo el proyecto de obra.
  • A su cargo esta especificar el tipo y cantidad de materiales necesarios para la obra, así como detallar los aspectos técnicos y estéticos del proyecto.
  • También tiene la misión de supervisar de manera global el proyecto y colaborar con el aparejador para corregir los problemas que surjan.

Cualquiera de los dos perfiles es necesario y ambos deben poseer con la formación técnica y especializada necesaria para evitar los errores que pueden darse durante un proyecto de construcción. De ahí la necesidad de que dispongan de la formación académica correspondiente y específica para cada caso. Lo que quiere decir que ambas categorías cuentan con titulaciones diferentes a nivel universitario.

Formación académica de cada perfil

Ya conocemos las funciones de cada uno de estos profesionales de la construcción. Sabemos un poco más sobre sus diferentes objetivos y competencias. Ahora toca conocer cuál es la formación que debe poseer cada uno para poder ejercer dichas funciones y competencias.

En este sentido, el arquitecto técnico o aparejador, como encargado de la ejecución del proyecto de obra diseñado por el arquitecto, debe disponer de conocimientos técnicos que le permitan desarrollar su papel dentro de la construcción. En la actualidad, existe una amplia oferta formativa para este tipo de profesionales. Por norma general, es necesario realizar y completar un Grado en Arquitectura Técnica y Edificación o un Grado en Ingeniería de Edificación, para poder ejercer la profesión.

Una vez que el profesional disponga de una de estas titulaciones superiores y oficiales, se encontrará plenamente cualificado para gestionar la producción y ejecución de un proyecto de obras, organizar un adecuado equipo de trabajo o realizar las auditorias técnicas necesarias para poder asesorar a los constructores en materia de construcción, así como responder adecuadamente frente a todas las competencias citadas.

Para el arquitecto la carrera académica se prolonga un poco más. Su formación pasa por la obtención del grado y posterior máster habilitante que le capacite para cumplir con sus funciones. La carrera de arquitectura se enfoca en los proyectos, la historia y el arte, mientras que la del aparejador, se enfoca en el aprendizaje los materiales y sistemas de construcción.

Contando con las correspondientes titulaciones, el profesional será capaz de ejercer todas y cada una de sus funciones de la forma adecuada. Como conclusión, recordamos la necesidad de la colaboración directa entre ambos. Dadas las similitudes entre ambas profesiones es fácil que se mezclen entre sí, pero un buen profesional debe tener claras sus obligaciones y competencias para poder cumplir con su trabajo de forma adecuada dentro de la construcción.

Ambos perfiles son indispensables en todo proyecto de ejecución y desarrollo de las obras de edificación y su formación académica es tan necesaria como complementaria. De tal manera que el arquitecto debe ser capaz de diseñar un plan global del proyecto y el aparejador debe ser capaz de demostrar sus competencias técnicas para organizar los equipos y procesos necesarios para asegurar el adecuado y correcto desarrollo de todo el proyecto de obra.

El arquitecto tiene la obligación de mantener un continuo contacto con el arquitecto técnico con el fin de corrobora que se sigue el plan previamente definido y la dirección establecida en el mismo. Igualmente, mantener ese constante feedback es fundamental para detectar las posibles desviaciones en los plazos o cambios producidos en el presupuesto, los materiales de elección o los diferentes aspectos técnicos que sin duda, surgirán durante el proyecto.

En cualquier caso, se trata de dos profesiones muy interesantes y necesarias en nuestra sociedad. Ambas poseen una gran responsabilidad pues son las encargadas de levantar edificios que no se caigan.

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