Hay una cosa que debemos reconocer y tener clara: aunque presumamos de que «solo o sola se está mejor» y que «no nos ahce falta nadie para ser felices», lo cierto es que hay ocasiones en la vida en las que sí que echamos de menos tener a alguien (a una pareja) a nuestro lado. No pasa nada por reconocerlo. El ser humano es, ante todo, un ser social y necesita el contacto con otros y otras para mantenerse feliz y emocionalmente estable. El confinamiento al que hemos estado sometidos desde marzo a junio de 2020 así lo ha puesto de manifiesto.
Cuando hablamos de contacto nos referimos, obviamente, a contacto con personas con las que queremos mantener una relación sentimental. Es decir, que vamos más allá de las amistades. Hablamos de amor. Y quien diga que no lo necesita, miente. A cada vez menos gente le quedan dudas al respecto. ¿Qué es la vida sin ese amor de la persona a la que queremos tener a nuestro lado? ¿Sin besos, sin caricias, sin relaciones sexuales? La verdad es que no cabe la menor duda de que el amor es necesario y que nada ni nadie puede prescindir de él.
Un pequeño artículo publicado en la página web de Control Publicidad asegura que un tercio de los españoles está soltero en los momentos en los que nos encontramos. Se trata de un dato de lo más interesante y que pone de manifiesto que todavía hay mucha gente empeñada en no iniciar relaciones sentimentales con nadie. Es posible que, en un momento determinado de nuestra vida, esta sea la mejor decisión que podamos tomar, pero… ¿os imagináis una vida entera así? Cuesta mucho imaginarlo y ser capaces de mantener nuestra felicidad. Habrá gente que lo haya conseguido, seguro, pero nos cuesta creer que esa vaya a ser la tendencia más extendida a medio y largo plazo.
Otra noticia, en este caso publicada en la página web Marie Claire, indicaba que nuestro país es el segundo del mundo que mejor ha aceptado una fiesta como la del día del soltero. El motivo es claro, según los datos que maneja este medio: cada vez hay más singles. Se trata de una fiesta curiosa y que fue impulsada en los años 90 por unos estudiantes chinos que querían reaccionar ante el día de San Valentín.
En un mundo en el que parece que ser soltero o soltera es tendencia, la verdad es que convivir en pareja es algo que está en desuso. Pero lo cierto es que esto no es así. Lo que ocurre es que «la fiebre de la soltería» y todos sus defensores hacen mucho más ruido. Desde la agencia Géminis nos indican que son muchas las personas que no se muestran contentas con su soltería y que pretenden encontrar una pareja con la que pasar el resto de sus días. De ahí que no haya parado de crecer el número de hombres y mujeres que requieren sus servicios incluso en momentos de crisis económica.
Compartir la vida es mucho mejor que vivirla solo
Es algo que los psicólogos llevan advirtiendo durante muchos años. Permanecer solo, sin el amor de nadie, es algo que termina pasando factura, quizá no a corto plazo, pero sí a medio o largo. Desde luego, no cabe la menor duda de que es imprescindible que tengamos en cuenta los beneficios de estar acompañados en todo momento. Y es que puede ser de utilidad en muchos casos. En definitiva, nada es mejor que afrontar una vida en la que tengamos un compañero o compañera para compartir absolutamente todo.
La vida es un ensamblaje de numerosas fases. Hay algunos periodos en los que, efectivamente, queremos estar solos y en los que nos sentimos realmente cómodos de esa manera. Pero siempre habrá otros momentos en los que deseemos tener a alguien a nuestro lado. Y, cuando eso no es así, lo pasamos realmente mal. Nuestra situación puede llevarnos directamente a problemas como la depresión, que es uno de los males que está creciendo de una manera directamente proporcional al número de solteros en nuestro país. Como mínimo, debemos replantearnos si realmente queremos vivir la vida en soltería o no.
Estamos seguros de que hay miles de personas que viven en felicidad y armonía con su pareja. Que hayamos tenido una mala experiencia con una persona no quiere decir que todas las experiencias que vayamos a tener al lado de alguien vayan a ser malas. No tiene por qué. Es conveniente no cerrarse porque, de lo contrario, podemos estar renunciando a algo que nos haga realmente felices y que tire por la borda todos nuestros problemas. Solo vivimos una vez y hay que encontrar la manera adecuada para disfrutar de la vida. Al fin y al cabo, todos y todas nos lo merecemos.