Los niños y el miedo al dentista: ¿Cómo evitarlo?

La odontofobia afecta por lo menos al 15% de la población según la Organización Mundial de la Salud, este miedo irracional al dentista necesita ser trabajado desde la infancia, pues de lo contrario, a largo plazo puede generar graves problemas. Se estima que una persona con fobia al dentista sufrirá 17,3 días de dolor antes de consultar a un odontólogo. El miedo incluso les impide informarse adecuadamente, por lo que muchos ni siquiera saben que existe la sedación dental para adultos, gracias a la cual no sufrirán dolor ni molestias durante el procedimiento.

El miedo al dentista suele aparecer en la infancia y, si no se gestiona adecuadamente, puede llegar a consolidarse como una fobia que dificulta cualquier tipo de tratamiento odontológico y genere una gran ansiedad y malestar en quien la sufre. Por eso, es fundamental detectar los primeros signos de ansiedad dental en los niños y utilizar técnicas para aliviarlos.

Cuando el niño tiene miedo al dentista suele manifestarse con reacciones físicas inmediatas como el llanto al llegar a la consulta. También es normal que se muestre poco cooperativo o incluso que intente impedir que el dentista lo examine. El miedo también desencadena reacciones como taquicardia, sudoración y respiración agitada. Algunos niños adoptan otras estrategias, como fingir que están enfermos antes de la consulta. Otros pueden enfermar de verdad debido a que somatizan la ansiedad y preocupación.

Los niños pueden desarrollar miedo al dentista por varias razones, aunque existe una profunda relación entre la ansiedad dental y las experiencias odontológicas negativas. Lo peor de todo es que mientras más temprano en el tiempo se produzca esa asociación negativa, más intenso será el miedo, siendo un período particularmente sensible antes de los 5 años. En ese caso, el niño establece una conexión entre la experiencia dental dolorosa o molesta con la ansiedad, lo cual hará que sienta miedo y se preocupe incluso ante la idea de visitar al dentista.

Para guiarnos en el proceso de ayudar a los niños a superar el miedo al dentista, hay algunos consejos para padres que CML Odontólogos compartió con nosotros basándose en su experiencia con la odontología infantil.

Consejos para padres

Para los padres llevar a los niños al dentista por primera vez, también es algo nuevo, pero si ya tenemos conocimiento de que nuestra hija o hijo tiene miedo al dentista, hay algunos consejos que pueden funcionar para hacer la visita, lo menos traumática posible:

Elegir un buen dentista infantil

La elección del dentista pediátrico es fundamental para que los niños tengan una buena experiencia en la consulta. Un buen dentista infantil dominará las técnicas de manejo de conducta que favorecen el control de las emociones negativas relacionadas con el miedo y la ansiedad, de manera que podrá calmar al pequeño.

Evitar comentarios negativos

A veces los padres no se dan cuenta, pero recurren al dentista como castigo con frases como: “no comas más dulces o tendrás que ir al dentista” o “no te preocupes, no te dolerá”. En su lugar, es mejor hablar en términos más positivos, como por ejemplo: “el dentista te revisará los dientes, sé que te portarás muy bien y luego podremos ir al parque que tanto te gusta a jugar”.

Dar el ejemplo

Si llevas a tu hijo a la consulta mientras el dentista te hace la revisión, podrá ir familiarizándose con el ambiente y el instrumental. Además, tu comportamiento le servirá de ejemplo, para que comprenda que no hay nada que temer. De hecho, en las situaciones nuevas los niños pequeños buscan en sus padres pistas sobre cómo deben reaccionar.

Consultas periódicas

Otra estrategia para prevenir el miedo al dentista consiste en lograr que el niño se sienta cada vez más cómodo a través de las visitas periódicas. De esta manera también será más fácil resolver cualquier problema que se presente y evitar tratamientos dentales más complejos, como las extracciones, que suelen ser más dolorosas y generan una asociación negativa.

Que pase solo

Los padres son una fuente de seguridad y referencia para los niños, por lo que pueden ayudarles a aliviar la ansiedad en la sala de espera. Sin embargo, a menos que se trate de un niño muy pequeño, lo ideal es que pasen solos a la consulta ya que la mayoría de los niños se portan de manera diferente cuando están delante los padres, casi siempre peor.

Otra herramienta que puede ayudar a los padres a tranquilizar a los pequeños, es mostrarle previamente distintos episodios de series infantiles, de forma que ellos al ver a sus personajes favoritos asistir al dentista sin miedo, se sientan más confiados con el proceso y con el dentista. De igual forma, los libros son una herramienta preciosa para ayudarlos a superar el miedo.

El dentista y su comportamiento dentro de las consultas infantiles

Otro aspecto importante a considerar es el comportamiento del dentista ante los niños, lo ideal es que el profesional que vaya a tratar a los pequeños, tenga las siguientes herramientas:

  • Control de la voz. Un buen dentista infantil también debe contar con herramientas psicológicas de apoyo, como el control de la voz. Esta técnica se centra en la modulación del tono, el ritmo y el volumen de la voz para influir sobre el niño y dirigir su comportamiento, de manera que sea más cooperativo
  • Decir – mostrar – hacer. El dentista le explica al niño qué le va a hacer, mostrándole los instrumentos o un modelo, e imitando algunas de las acciones necesarias. Es importante que el dentista utilice palabras que el niño pueda comprender para que la técnica realmente alivie los temores y no termine generando nuevos miedos y angustias. De hecho, es fundamental que la explicación sea breve ya que de lo contrario podría causar más ansiedad. El dentista no debe mentir, ya que el niño perdería la confianza, pero tampoco es necesario que anticipe más información de la necesaria. Además, le explicará cómo debe comportarse y utilizará elogios para reforzar el buen comportamiento infantil.
  • Tiempo fuera. Consiste en suspender de manera temporal en tratamiento, dentro de la misma cita o postergar para otro momento, de forma que el niño pueda calmarse y esté más dispuesto a cooperar.
  • Distracción. Es una técnica muy útil para desviar la atención del niño de las incomodidades que pueda percibir durante el procedimiento. Al llamar su atención y estimular su imaginación se logra que el pequeño se abstraiga del procedimiento odontológico. De esta manera no solo se disminuye la incomodidad y la ansiedad por lo que está ocurriendo sino que también se reducen las preocupaciones por la posibilidad de que ocurra algo desagradable.

Es importante que el dentista esté capacitado en la atención de niños, pues de ellos dependerá que los pequeños tengan una buena experiencia que pueda disminuir o eliminar el temor al odontólogo, o por el contrario, evitar que lo tengan a lo largo de la vida. Por lo que la elección del profesional y de la clínica en la que se llevará a cabo, es muy importante, los padres deben recordar que no tiene que ser cómodo para ellos, sino para los pequeños, por lo que la ambientación del lugar, así como la actitud que tomemos ante la visita, debe ser la más positiva, divertida y animad

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