Que digo yo que ya está bien de caer siempre en los mismos topicazos ¿no? Hemos hablado largo y tendido sobre esto, le hemos dado mil vueltas e incluso se ha puesto el grito en el cielo por la venta de ciertos disfraces totalmente sexualizados para carnaval (ellas de enfermeras sexy y ellos de doctores inteligentes), pero es que seguimos cayendo en los mismos errores, una y otra vez, y el mayor problema es que una de las llaves para cambiar esto se encuentra en manos de mayoristas y vendedores de moda infantil pero algunos se niegan a usarla.
No importa que la sociedad, de forma generalizada, repulse cierta moda para niños en redes sociales si luego llegamos a grandes superficies, franquicias y tiendas de marca, y comprobamos cómo organizan la ropa en sus establecimientos, diferenciando bien lo que es de niño o niña por colores, estilos e incluso por los motivos decorativos de sus camisetas.
Hace poco se ha viralizado una imagen que clama al cielo en las redes sociales. Se trata de una fotografía que tomó una madre en unos grandes almacenes de lo que sería un body de bebé para niños y un body de bebé para niñas según el diseñador de dicha prenda. Por supuesto el color ya diferencia el sexo del bebé la que va dirigida a prensa, rosa para ellas y azul para ellos, algo que a estas alturas debería estar ya más que superado, pero lo peor es la frase decorativa y supuestamente “graciosa” que llevan los bodys escrita en el pecho:
- Para ellas: “No tengo permiso para ir a citas… Nunca”.
- Para ellos: “Cógeme cariño, me encantas las chicas mayores”.
Indignante ¿verdad? Mientras que ellos no solo tienen permiso para hacer lo que les dé la gana sino que además invitan a las chicas mayores a cogerles, ellas directamente no tienen permiso para tener citas nunca. Increíble. Es como el padre que, creyéndose muy moderno, dice que le gustaría que su hija fuera lesbiana para estar seguro de que nunca volverá a casa embarazada, como si el embarazo dependiera solo de la niña en cuestión, ¿acaso si tuviera un hijo diría lo mismo “ojalá mi hijo fuera gay para asegurarme de que nunca deja embarazada a una chica demasiado pronto”? Lo dudo.
Pero bueno, siempre es lo mismo, y siempre volvemos a lo mismo, y son muy pocas las empresas del sector que realmente hacen algo al respecto.
Los niños son niños, así de simple
Podríamos hablar de niños, niñas y niñes y me parecería bien, no tengo ningún problema en hacerlo, pero por abreviar y porque este artículo no tiene ninguna intención de generalizar de forma negativa voy a usar el término “niños” para hablar de los más pequeños de la casa sin referirme ahora a ningún sexo en concreto (a pesar de que me lloverán palos por todas partes, por supuesto).
Los niños son niños y han de vestir como tal. Me da lo mismo si hablamos de minifaldas sexis para niñas de 5 años o de pantalones de machote con cadenas para niños de 4, a lo que me refiero es que ya está bien de pretender vestir a los niños pequeños como si fueran miniadultos, porque no lo son, además de que haciéndolo estamos perpetuando el estereotipo de división de género que queremos erradicar: tu minifalta, tu pantalón, tú de rosa, tú de azul, tu puedes llevar zapatos con brillos, tú zapatillas deportivas, etc.
La semana pasada me fue a un centro comercial que tiene un gran supermercado francés muy conocido en su interior, una gran superficie que vende de todo (ya sabemos de qué hablo, ¿no?) y vi un bañador monísimo, de pantaloncito, de la talla de 2 años, perfecto para mi hija. Lo vi, me gustó y lo compré, pero ¿sabéis de dónde lo cogí? De la sección de moda infantil para niño porque en lugar de ser una braguita de bikini era un pantaloncito cortito de la misma tela que, supuestamente estaba pensado para ser lucido por un niño.
Nada más llegar a casa mi suegra confirmó mis sospechas, seguimos en el siglo pasado: “¿eso no es de nene?”, me dijo. ¿Cómo que “de nene”? Es un bañador de pantaloncito para un bebé de 2 años que obviamente no tiene aún ni sentimiento de niña ni de niño y que, además, sintiera lo que sintiera, no tiene nada de malo.
Pero ¿sabéis qué es realmente lo peor? Que en la sección de niña había bikinis con su parte superior de triángulos, algunos con relleno y otros sin él, para niñas como mi hija y mayores hasta los 7 años. ¿De verdad es necesario taparle el pecho a un bebé? ¡Si es que incluso antes de que haya diferencias físicos ya hacemos nosotros la diferencia para que quede claro! ¿Qué necesidad tiene un bebé de dos años de cubrirse el pecho? ¡Y ya no hablemos de llevar relleno con 5 años!
Y es que por lo único que veo lógico tapar el pecho a un niño o niña que aún no se ha desarrollado es por cubrirle del sol. Y digo que aún no se ha desarrollado porque es posible que luego sientan vergüenza por costumbre cultural, no porque vea nada de malo al topless se tenga la edad que se tenga.
Fabricantes y distribuidores de moda infantil de la talla de Catalinos o Confecciones Alber hace muchos años que se subieron al tren de la igualdad y de la eliminación de estereotipos diseñando pantalones rosas para ellos y vestidos azules para ellas, creando algunas prendas unisex y, sobre todo, diseñando ropa de niños y niñas para niños y niñas, que es lo fundamental, pero aún hay muchos diseñadores, marcas y establecimientos que siguen empecinados en marcar bien las diferencias.
De hecho, la conocida tienda de ropa de fiesta para adultos “La Pepa” ya está incluyendo entre su colección trajes neutros para que tanto ellas como ellos puedan lucirlos, en diversos colores, con diversos estilos, porque cada vez son más los profesionales del sector que se dan cuenta de la necesidad de dejar de estereotipar la moda, tanto infantil como adulta, y por eso me parece todo un hito que cualquier tienda, diseñador, mayorista o fabricante decida dejar de estereotipar la moda de forma generalizada.
Las tiendas
Obviamente el mayor peso de todo esto lo tienen los diseñadores y fabricantes ya que son ellos los que idean la moda, desde cero, pero las tiendas también tienen su parte de culpa ya que si en ropa infantil decidieran no dividir por sexos ganaríamos mucho. Y es que no es necesario. Un niño o niña de 5 años que aún no se ha desarrollado puede tener más o menos peso, pero ni ellas tienen pecho y caderas ni ellos tienen espaldas anchar y bíceps así que, ¿por qué empeñarse en decir que un pantalón vaquero es de niña o niño? Con las faldas me meto menos, no porque me importe ver a un niño con falda ni mucho menos, sino porque no está normalizado, pero ¿camisetas, pantalones, abrigos, zapatillas y zapatos? ¿En serio es necesario dividir eso?
Una camiseta de manga corta es igual para ellas que para ellos, igual que un pantalón corto o largo, lo digo en serio y no entiendo, por supuesto, que dividan por colores así que… ¿a qué estamos jugando realmente?
Hay una reflexión al respecto que he leído y que clava al 100% lo que pienso:
Primer susto: todo está dividido por edad y género. Bebé niño y bebé niña. Vamos a ver: ¿es necesario vestir a los bebés de niño o niña?
Y sí, contestaréis, porque precisamente cuando son bebés es difícil saber si son niño o niña y así la gente puede confundirse y hablarle al bebé con el género erróneo cosa que puede provocar un ola sísmico-atómica que cree una fractura temporal que contraiga el espacio hasta que el universo implosione y desaparezca la humanidad.
Exagero, claro.
No pasa básicamente nada de nada por confundirle el género a un bebé. Pasa nada. De hecho, casi diría que no pasa nada malo… pero tal vez pasan cosas buenas.
Pasado ese susto podéis pasear graciosamente por la zona “niños”. Veréis que la ropa de bebé está llena de colores, dibujos y telas amables. Lo que merece un bebé, vamos. Alegría estética también.
Pero la alegría estética en los niños caduca pronto y sobre los 3 años todo cambia y todo se vuelve “sobrio”. Así, los niños de 3 o 4 años pasan a ir disfrazados de señor importante: marrón, azul oscuro, gris, esas cosas. Estoy casi segura que el problema con la masculinidad empieza allí, pero aún no puedo demostrarlo.
En cualquier caso, la situación se puede salvar de manera efectiva. Basta con alzar la vista y darnos cuenta de que, en el lado “niñas”, la vida sigue siendo en tecnicolor. Verdes, rosas, amarilllos, azules, lilas, flores, lazos y de todo. Toda la alegría que queráis.
Pero, aquí está el tema. La ropa de niña es ajustada. Os lo juro. Los chándals de niñas de 3 años, 3 años Mentes, son ajustados; los pantalones de niñas que aún llevan pañales, son entallados; las camisetas, son cortas y estrechas, para marcar la silueta de niñas pequeñas, muy muy pequeñas.
Sé que no me creéis, sé que parezco exagerada. Pero id a hacer la prueba, id a verlo con vuestros propios ojos. Y es más, cuando lo veáis, haced una reclamación formal en la tienda. Porque nuestras criaturas tienen derecho a ser criaturas, sin más. A no estar sexualizadas, ni cosificadas sino a ser criaturas que corren, saltan, se llenan de barro y visten de colores.
Y con esa pequeña sexualización de la ropa, bien por el color, por el estilo o por lo entallada que es, empiezan los estereotipos, empieza toda la discriminación, y empieza el desequilibrio que hay en el mundo en cuanto a géneros. ¿No creéis?